Bienvenidos

Hace tiempo que las personas han estado obsesionadas en conocer todos los secretos del espacio exterior. Se han gastado miles de millones de dólares en tratar de llegar a los lugares más reconditos del universo. Sin embargo, aun no conocemos los secretos que guardan las profundidades del mar.
Esto no es simplemente cuestión de ciencia o de presupuestos de egresos de gobierno. Es una cuestión de cambio de paradigma. Debemos dejar de ver las cosas como las ven los demás, pero sobre todo, dejar de ver las cosas que ven la mayoría.
Adéntrate en un mundo que rompe los paradigmas y juntos observemos el fondo del mar.

lunes, 26 de octubre de 2009

Señor cardenal, otro consejito.

Debo admitirlo, no sabía que escribir. Seguramente la musa se había tardado al caer en uno de los tantos baches de la ciudad. O se detuvo al ver la carrera de los meseros en el centro. O quizá le llamó la atención el olor de los dos incinerados que encontraron ayer dentro de una cajuela. O simplemente, estaba reviviendo del shock nervioso que le produjo el aumento de impuestos.
Pero llegó y de golpe... “a la corrupción queremos llamarla habilidad, a la violencia nos gusta llamarla lucha social y a la injusticia le ponemos la etiqueta de legalidad”.
Que bonitas palabras señor cardenal Norberto Ribera Carrera. Déjeme felicitarlo. Justo lo que necesitamos, esperanza donde no la hay. Gracias, de verdad gracias.
Mire, yo pensé que la iglesia nunca aceptaría que le encanta la corrupción, la violencia y la injusticia social. Pero hasta nos dijo como le llaman: habilidad, lucha social y legalidad.
Y es que nadie me creía. Enserio. Mire, un día cuestioné la ofrenda y el diezmo y hasta pregunté porque la iglesia no pagaba impuestos. Me dije a mi mismo: “si cobran hasta por el perdón, mínimo una mochadita pal gobierno”. Pero me dijeron que no era corrupción. Que la iglesia tenía el poder de Dios. Y yo le pregunté que hasta dónde llegaba su poder. Me contestaron: “con decirte que hasta el purgatorio eliminamos de un día para el otro”. No pues me quedó claro… eso si es habilidad divina.
Luego pues, como que se me hizo cosa del diablo eso de discriminar a las personas. “¿Cómo que la iglesia discrimina?” Hasta cachetada me dieron. Y con lagrimita y todo les dije: pues si, eso de tachar de herejes a los “hermanitos”, a esos que no son católicos. Nombre, ni hubiera dicho nada… me dejaron ambos cachetes colorados. No pues ya me fui, mejor ni les conté cuando a mi prima le negaron el apoyo de “Oportunidades”, sólo por no ser católica ni panista.
No más una cosa más señor cardenal… échenos un consejito para afrontar esto de los impuestos, no sea malo. Y es que de verdad no entiendo cual es el fin. El gobierno dice que disque será para ayudar a los pobres. Pero para mí, más que ayudarlos, con estas estrategias pretenden eliminarlos. Digo, como mi abuelita decia: "más sabe el diablo por viejo que por diablo".Así que ahí le encargo.

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